Aprende a aceptar la incertidumbre

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Aceptar la incertidumbre

Aprende a aceptar la incertidumbre

Renunciar a los objetivos que se tengan, acomodarse a ellos o ser inflexible no son buenas estrategias para el crecimiento personal. Si el camino inicial se ve truncado, es el momento de explorar nuevos terrenos, de indagar en nosotros mismos para encontrar una solución mejor. Es hora de detenerse, dedicar un tiempo para la reflexión, tomar conciencia de lo que sucede.

Sentir que tenemos el control de la situación nos aporta confianza y seguridad. Intentamos controlar nuestra planificación de vida para que ningún imprevisto aparezca, y, que en definitiva, no nos haga salirnos del camino que tenemos establecido. Sin embargo, cuando esto último sucede las dudas y miedos entran en juego. Se originan emociones como el enfado, la preocupación o el estrés. Este control absoluto y temor al cambio, se traduce en una vida sometida a la incertidumbre. Es importante detenerse y darse cuenta de que no podemos tener todo controlado.

La incertidumbre forma parte de la vida. Siempre podrán suceder situaciones que pueden obstaculizar los proyectos iniciales. El seguir manteniendo estos primeros planteamientos nos genera malestar y tensión al no poder llevarlos a cabo. Un cambio de perspectiva, tomar riesgos, considerar otra opción o tener una actitud paciente pueden ser las claves de lo que la situación nueva plantea.

 

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¿Cómo afrontar la incertidumbre?

Intentar eliminar estos obstáculos manteniendo la postura inicial nos sume en el cansancio. Debilita nuestros recursos personales e impide potenciarlos. Experimentar otros senderos nos permite adoptar nuevas actitudes y utilizar nuestras capacidades para probar mejores soluciones. Saber esperar hace valorar los sucesos desde la calma evitando los comportamientos impulsivos y nos ayuda en la búsqueda del equilibrio.

El tiempo dedicado a la observación de lo acontecido da pie a la reorganización de ideas, al afloramiento de la intuición, a examinar qué es lo que la situación demanda y qué es lo que realmente podemos hacer ante ella. Este punto de vista nos mantiene en una posición activa y de confianza, nos aleja de la intranquilidad, tomamos el control de nuestros pensamientos, emociones y conductas, de nuestro ser.

Resistirse al problema y al cambio hace que la incertidumbre persista. Aceptarla, permite hacerle frente y cambiar de perspectiva. No dejes que el estrés y la indecisión tomen el control de tu vida. Deja que fluya, no te resistas. Amplia tu horizonte.

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